lunes, 17 de agosto de 2015

Cabezón y sus secuoyas.






Se tenían ganas de conocer y explorar las posibilidades micológicas  de un  bosque de coníferas diferentes a las habituales en estos lares. En este caso se trata de las secuoyas del Monte Cabezón en la cántabra Cabezón de la Sal.

Las secuoyas, llamados “árboles rojos” por los conquistadores españoles en las Américas, son coníferas originarias de la costa oeste de EEUU, de recto tronco y piñas de colores rojos. Alcanzan los 3.000 años de edad, 115 metros de altura y casi 30 metros de circunferencia

Se encuentra este bosque en la carretera que lleva de Comillas a Cabezón de la Sal en su margen derecha y cerquita de la autopista del Norte. Son algo mas de 800 las Secuoya wellingtonia o sempervirens,  que aquí llegan a alcanzar tan solo 40 metros de altura y casi 2 metros de diámetro. Hay una senda para recorrer este  Monumento Natural,  frecuentada incluso por bebés en cochecito acompañando a los papás. Es este un bosque oscuro  y muy limpio en lo que es su sotobosque.

El palo colorado


Sabíamos que las secuoyas son tan longevas en parte por la secreción de compuestos antifúngicos por el propio árbol que evitan su pudrición temprana. Esperábamos por ello la ausencia total  de setas en sus cercanías. ¡Error, que inmenso error!  como diría R.de la C. Siendo pleno verano se encontraron diferentes tipos de rúsulas, amanitas e incluso boletos. Curioso.

En definitiva: un monte que vale la pena conocer. Pero en ningún caso por sus posibilidades micológicas,  dada la verbena que el lugar representa.

1 comentario:

  1. Intersante bosque de árboles nobles; aunque sea solo por conocerlo espero verlos en breve y, si a mismo tiempo encuentro alguna seta para su estudio, mejor que mejor.

    Saludos

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